De
una forma u otra, Aby había conseguido lo que llevaba queriendo
desde joven, por lo que llevaba tanto tiempo luchando, irse a vivir a
Corea, y ahí estaba ella, abriendo la puerta de la que sería su
nueva casa, al abrirla se encontró con una gran habitación que
venía a ser el salón, había una gran puerta de cristal que daba a
una pequeña terraza, era una puerta amplia, por la que entraba mucha
claridad.
Ya
llevaba dos o tres meses viviendo en ese pequeño pero cómodo
apartamento, ciertamente, Aby se había acostumbrado a aquello, pero
las vistas de la terraza le parecían un tanto... feas, puede que
tuviese razón, ya que la terraza daba al edificio de en frente, y
esa puerta quedaba frente a una ventana, y es esa ventana la que hizo
que Aby cambiase de opinión, ya que un día, las luces de la
habitación a la que pertenecía aquella ventana estaban encendidas,
y llamada por la curiosidad, se acercó a ver quien era aquella
misteriosa persona a la que al parecer, nadie había visto de entrar
ni salir de aquel apartamento, así que sigilosamente, se sentó en
el suelo y se quedó observando quien era aquella misteriosa persona,
mi para su sorpresa, aquella persona era uno de los Idols por los que
ella perdía la cabeza a menudo, ¡era Kris!, se tapó la boca para
evitar soltar un grito, pero... en aquel momento no podía creerlo,
¿sería esa puerta la puerta del cielo?, quizás sí, o eso pensó
ella al menos; en un momento en el que ella estaba aún meditando
sobre aquella suerte que estaba teniendo, Kris se asomó a la ventana
al darse cuenta de que se la había dejado abierta en un descuido,
divisó todas las ventanas que se veían desde su habitación, hasta
que se percató de esa nueva vecina, por otro lado, Aby acababa de
volver de su pequeño mundo de fantasía, y cuando volvió a mirar
por aquella ventana se encontró con la mirada de Kris, “oh, oh...”
es lo único que ambos pudieron pensar, Aby se dispuso a hablar, pero
el otro, se tapó su boca con un dedo haciéndole una señal para que
guardara silencio, no le convenía que más gente se enterara de que
iba a aquel sitio, y en un abrir y cerrar de ojos de Aby, las luces
estaban apagadas y ya no había nadie en aquella habitación, un
sentimiento inesperado empezó a apoderarse del cuerpo de Aby, empezó
a ponerse nerviosa y no hacía más que andar de un lado a otro, ¿qué
iba a pasar ahora?, ni si quiera le dio tiempo a plantearse esa
pregunta cuando el timbre de su casa empezó a sonar de forma
desesperante, como si alguien fuese a tirar la puerta abajo en
cualquier momento, corrió rápidamente hacia la puerta, y la abrió
prácticamente de un golpe, para encontrarse a un hombre con un gorro
y gafas negras, que sin pensarlo dos veces se adentró en aquel
apartamento sin si quiera pedir permiso o algo, y acto seguido, cruzó
el salón para sentarse en el sofá, se deshizo del gorro y las
gafas, y era él de nuevo, Aby estaba empezando a pensar que aquello
era un sueño, Kris, al que ella tanto admiraba estaba en su casa,
sentado en su sofá y por algún motivo u otro, actuando de forma un
tanto arrogante.