Aby
se dirigió al salón donde pudo ver a Kris sentado en el sofá,
este, al verla se puso en pie frente a ella con una sonrisa en el
rostro, por otro lado, Aby seguía seria y levantó su mano para
darle una bofetada, Kris al verla tan dispuesta le agarró la muñeca
justo a tiempo, Aby movió su otra mano para soltarse, pero Kris era
demasiado fuerte para ella, y como consecuencia también le agarró
esa mano.
-¿Se
puede saber que haces? - preguntó Kris.
-¿Qué
haces tú? ¡Suéltame!
-No
hasta que me des explicaciones.
-¿A
caso no has visto las portadas de las revistas? La gente se ríe de
nosotros, o mejor dicho, de mi.
-Aby...
no es mi culpa que la gente se comporte así.
-No
es eso Kris, la cosa es que no he sido la única que ha pasado por tu
casa ¿cierto? - Kris sin saber que decir ante la pregunta
simplemente decidió guardar silencio y soltar las manos de Aby –
ya veo que no me equivoco.
Aby
se giró dispuesta a irse olvidándose de las ganas de pegar a Kris
para llenar ese vacío con tristeza, abrió la puerta y se marchó
dando un portazo. De nuevo la realidad parecía hacerse presente y
acabar con aquel sueño tan irreal, se encerró en su casa y pasó la
mañana y la tarde allí, finalmente en la noche, la puerta de su
apartamento sonó, miró quién podría ser por la mirilla, y cómo
no, era Kris de nuevo, ¿por qué no podría simplemente dejarla
tranquila?.
-Aby
por favor, abre la puerta.
-...
-Aby...
no me iré de aquí hasta que abras.
-Pues
acomódate, porque vas a pasar ahí mucho tiempo.
-Aby,
por favor...
Aby
simplemente guardó silencio mientras se sentaba en el suelo apoyando
su espalda contra la puerta y escuchando como Kris no paraba de
pronunciar su nombre una y otra vez, no pudo resistir las ganas de
llorar, y sin llegar a entender cómo lo que para ella era un
privilegio al principio se había convertido en tal pesadilla, se
puso a llorar.
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