Siento haber tardado tanto y que el argumento tal vez me haya quedado algo plano o.o He tenido un poco aparcado este oneshot... Para no tener confusiones lean la primera parte si eso ^^ ( Give Me A Year )
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Lo había hecho, al final, después de todo había sido capaz de borrar un año entero de mi vida. Cada gesto, cada cita, cada conversación... Ya no quedaba nada de aquellos días.
Han pasado dos semanas y aún no soy capaz de olvidar. No estuvo bien, desde el principio esto estaba destinado al fracaso. Al menos la fantasía desapareció al acabar el curso, pues no sé cómo abría reaccionado de tener que vernos cada día en los pasillos.
Cobarde, hipócrita... Adjetivos que forman parte de lo que soy. Hay situaciones a las que nunca se debería llegar, y esta es una de ellas. ¿Qué somos ahora el uno para el otro? ¿Con qué ojos me verá a partir de ahora? Tal vez "completos desconocidos" sea la mejor forma de salir adelante.
Le pedí que me acompañase fuera. En principio había pensado en cogerle de la mano por sorpresa y llevarla, pero eso tal vez habría sido un tanto violento. Llevaba toda la noche pensando en cómo sacar el tema y, a la hora de la verdad todo mi plan mental parecía haberse desvanecido.
Caminé por delante de ella, dando gracias a que por su timidez, no me siguiera el ritmo, impidiéndole ver mi cara de angustia. Debía mostrar control, que sabía lo que estaba haciendo. Una vez en el patio la guié hasta la esquina más apartada. Lo que quería decirle no requería mayor presencia que la suya.
Cuando me paré ella se sobresaltó. Parecía incómoda. Cómo transmitirle la tranquilidad que necesitaba si ni siquiera yo sabía cómo me sentía. Miré su rostro, era ligeramente más bajita que yo, lo que me facilitaba el no tener que plantar cara a sus ojos. Su piel, aunque más pálida que de costumbre, era la representación de la belleza más idílica que se pudiera imaginar. Yo estaba a punto de apartar toda aquella perfección.
- Sora...- "Te quiero"- Muchas gracias por... lo que has hecho por mí este curso.- "Por favor, no permitas que esto acabe"- Valoro lo que ha debido costarte y bueno, el curso ha finalizado...- "¿Quedarías conmigo algún día en verano?"- Tal vez... Ya sabes... Nos veamos por ahí.
Le dediqué una media sonrisa y me dispuse a irme. No estaba mentalmente preparado para una posible respuesta. Lo mejor es acabar con todo de una vez, y dejar que la herida cure sola.
- Entonces...- Su voz llegaba distorsionada a mis oídos. Estaba... ¿llorando?- Es cierto que no te llegué a importar nunca.- Su voz estaba llena de amargura, lo que me desgarró por dentro.- Todas mis amigas se metían contigo, te criticaban por estar utilizándome. Siempre te defendí, segura de que no podías ser tan insensible como para hacerme eso. Fui solamente un juguete, ¿no es cierto?
- ...- "¡Por supuesto que no!"- Si.- Ni tan siquiera me giré para mirarla a la cara. La vergüenza y el arrepentimiento se apoderaron de mí.
¿Que otra cosa podía hacer más que huir? Toda una vida buscándome mis propios líos, para luego sortear las consecuencias. No merezco tu perdón. En verdad no merezco el de nadie. Nunca he sabido aclarar mis ideas, estabilizar mi cabeza. Todo se ha vuelto una farsa, y no tengo a nadie a a quien culpar más que a mí mismo.
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Pasó el verano. Largos días de meditación, calurosas noches de reflexión. Sora... Más de mil veces al día me preguntaba qué tal le estaría yendo, incluso me planteé ir a verla, darle una sorpresa. Una parte de mí quería que no estuviera enfadada conmigo, aun cuando solo tenía motivos para estarlo.
Nunca llegamos a besarnos, aunque el mero roce con su mano conseguía emocionarme un tanto. Su mirada, su voz cuando pronunciaba mi nombre, la manera en que le temblaba el labio inferior cuando se ponía nerviosa... Todo de ella me fascinó desde siempre. Debí haberle pedido salir en serio, y no inventar tanta tontería. Habría sido tan diferente...
La quería, y quería estar con ella. De verdad.
El primer día de clase la busqué en las listas, por los pasillos, solo andaba pendiente de poder encontrarla y hablar con ella. Ni siquiera me paré a hablar con mis amigos, que se quedaban perplejos ante mi aparente despiste.
Al fin la vi, sola, sentada en un banco en el patio trasero. Caminé lentamente hacia ella, no había preparado este encuentro, pero lo había imaginado y prefería que las cosas fueran surgiendo, ser yo mismo por una vez. Mis intenciones se disiparon tan pronto como un chico apareció tras ella, tapándole los ojos, para luego descubrirse con una sonrisa encantadora. Era guapo, por supuesto no más que yo; y ella parecía muy cómoda con él. Al instante supe que no pintaba nada ahí, y que no podía hacer nada por conseguir su atención.
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Pasó un día, dos, una semana... Y no había momento en que no estuvieran juntos. Al parecer ese chico era un nuevo alumno, un curso mayor, y se llamaba Aron. No sé de dónde era, pero no parecía entender bien el coreano.
Los seguía a todas partes. Con todo lo preocupante que puede parecer, yo simplemente me aseguraba de que todo fuera como es debido. Entonces, se me presentó la oportunidad ideal. El tal Aron la dejó sola unos instantes, tal vez para ir al servicio. Corrí con ganas hasta llegar a ella, la agarré del brazo y la conduje lo más lejos que pudiera. Volvía a quererla para mí.
Me metí en el lugar más tópico que pude encontrar, el cuarto de la limpieza. La miré, solo para encontrarme con una chica totalmente diferente. Tenía el pelo más largo, teñidi de castaño claro, el rostro mucho menos blanco, y me observaba con unos ojos que no tenían nada que ver con los del año anterior. Por si creía que no era posible, estaba aún más guapa. Sonreí tímidamente.
-Te veo bien..- Murmuré.
- Gracias, supongo.- Su voz no mostraba ninguna emoción, lo que me cortó un poco.- ¿Qué quieres exactamente? Estoy ocupada.
- Veo que te llevas mucho con el nuevo. ¿Cómo se llamaba? ¿Armin? ¿Allen?
-Aron.- Dijo, aun más cortante- ¿Ahora te preocupas por lo que hago?- Cruzó los brazos bajo su pecho.
- Mira, lo siento mucho. De verdad quiero aclarar las cosas. Dame una oportunidad para explicarte...
- No estoy interesada.- Confesó mientras abría la puerta.- Tres meses dan para mucho. Nos veremos por ahí.- Con eso, me abandonó entre productos de limpieza y herramientas oxidadas.
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Intenté acercarme a él entonces, aprovechando que compartíamos un par de clases. No decía mucho, y no ayudaba que yo hubiera pasado todas las clases de inglés a lo largo de mi vida durmiendo. Pero pude advertir que quería mucho a Sora. No me quitaba las ganas de recuperarla, pero tranquilizaba el lado preocupado por su bienestar. Era un chico alto, fuerte... Tal vez estaría mejor con él. Suspiré, consciente de mis limitaciones.
Asumí que a lo mejor estaría bien darme un tiempo, relajarme y dejar de darle vueltas al asunto. Había gastado el verano entero pensando en como tener un reencuentro y, a la hora de la verdad, nada era como lo esperado.
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No podría calcular cuánto tiempo pasó. Pero un día, sin haberlo planeado, me vi en una habitación de mi casa a solas con ella. El destino parecía estar de mi lado, o más bien el profesor de ciencias, que había creído oportuno emparejarnos para hacer un proyecto. Viendo que no nos hablábamos demasiado, quería fomentar las relaciones entre alumnos.
Me daba la espalda, pero yo estaba feliz. En cualquier momento podía entablar conversación y arreglar las cosas. Ya no, recuperar algo, simplemente aclarar lo que pasó en realidad y liberar un poco el peso de la culpa.
- Sora...- Llamé su atención. Nada salió de su boca.- Sora, por favor, tenemos que hablar de lo que pasó...
- No hay nada de lo que hablar.- Me interrumpió, sin girarse hacia mí.- Así que no insistas. Eso se ha quedado atrás, y ahora prefiero centrarme en el presente, concretamente en la tarea. He quedado con Aron luego.
- ...- Oír aquel nombre me molestó, aunque no dejé que influyera en lo que tenía en mente.- Pero quiero arreglarlo.
- No hay nada que arreglar... Es como si intentas pedirle disculpas a un vaso roto después de haberlo tirado. Seguirá estando roto.- La amargura en su voz delató que tal vez, solo tal vez, tenía posibilidades de hacerla ceder.
- ¿Es así como te sientes?- Se quedó callada unos instantes, y supe que había acertado.
- Lo que pasa es que yo no era importante para tí. -Soltó de pronto tras unos instantes de silencio, esta vez volviéndose para mirar mi expresión.- Así que no veo por qué es diferente ahora.
- No lo es.- La miré directamente. Parecía asustada, pero había un ligero rayo de esperanza en sus ojos.- Nada ha cambiado al año pasado por mi parte con respecto a ti. Tal vez sea diferente la manera de mostrarlo.- Caminé hacia ella y, para mi sorpresa, no se intentó apartar, lo que me dio seguridad.- Me da igual ese amiguito extranjero tuyo.- Confesé antes de inclinarme sobre ella para besarla.
- ¿Aron?- Frené a medio camino, su tono era tan cercano que dolía.- ¿Estás preocupado por él?- Había cierta ironía en su voz cuando se rió.- Aron es sólo mi primo.- Añadió entre risa y risa, acercándose también a mí.
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