Cuando los recuerdos no nos alcancen. Capítulo 4. [AdminVBB].


Annie durmió acompañada y se despertó solitaria, frotó sus ojos con las mangas de su pijama, luego de unos cinco minutos en los cuales se quedó pensando en lo que pasó la noche anterior acabó por levantarse y vestirse, acto seguido, salió de la habitación y se dirigió a la cocina, Baro estaba cocinando con un delantal rosa puesto, a lo que ella solo pudo soltar una pequeña risa, él, al escucharla, se giró para mirarla y darle los buenos días.

-Buenos días princesa durmiente – dijo él riendo.
-Buenos días, cocinero sexy – respondió Annie riendo a carcajadas.
- JA-JA-JA, que graciosa es la niña – dijo el otro replicando aunque la verdad es que le hacia gracia.
-Es broma, es broma. ¿Qué estas cocinando? - preguntó acercándose a él, se quedó a su lado, este giró su cara hacia ella para contestarle, pero al girarla se encontró demasiado cerca, cosa que los dejó entrecortados a ambos, Annie retrocedió – Lo siento.
-No... no pasa nada.

Terminaron de desayunar y Baro dejó el apartamento, había quedado con los chicos para trabajar en una nueva canción o algo, Annie limpió la casa y cuando terminó se sentó en el sofá, se dispuso a ver la televisión, pero no le dio tiempo a encenderla cuando empezó a pitar algo, venía de una habitación a la que nunca había entrado, sabía que Baro no quería que ella entrase allí ya que era su estudio de trabajo, pero igualmente, abrió la puerta llevada por la curiosidad y se adentró en la habitación, aquel sonido no cesaba, pero ella quedó sorprendida, la habitación era una habitación normal, tenía una cama, muy pequeña, pero la tenía, un escritorio, un armario, y un estante lleno de libros, Annie cogió uno fijándose en que no eran libros, si no álbumes de fotos, abrió uno y prioritariamente había fotos de ella y de ellos dos juntos, fotos en las que se mostraba su amor, quedó sorprendida y ni ella sabía por qué ya que conocía que ellos tenían ese tipo de relación, el cesante e irritante pitido sacó a Annie de su mundo para traerla al real, se acercó al escritorio, y pudo ver que el sonido era el aviso de que había llegado un fax, agarró el papel, y lo primero que vio fue una foto de ella y Baro besándose, pero... ese no era el auténtico problema, el problema era la frase que venía bajo la foto, que era la siguiente: “si no lo dejáis en una semana, me aseguraré de que esta foto se haga pública, cosa que afectará a tu trabajo, tu reputación, y tu día a día, y no solo el tuyo, la vida de esta chica, también se verá afectada, y no para bien...”, busqué la firma de quien lo había escrito, pero era anónimo...

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